
Tabla de Contenidos
- Descripción general del sistema tributario de Malí en 2025
- Reformas fiscales clave introducidas para 2025
- Tasas de impuestos actuales: individuos y empresas
- Requisitos de cumplimiento importantes y plazos
- Procedimientos de declaración de impuestos e innovaciones digitales
- Desafíos principales: Evasión, cumplimiento y transparencia
- Imposición específica por sector: minería, agricultura y comercio
- Tratados fiscales internacionales y implicaciones transfronterizas
- Instantánea estadística: tendencias de ingresos e impacto económico
- Perspectivas futuras: cambios previstos en la política tributaria hasta 2030
- Fuentes y referencias
Descripción general del sistema tributario de Malí en 2025
El sistema tributario de Malí en 2025 sigue siendo moldeado tanto por reformas internas como por esfuerzos de armonización regional, particularmente bajo la Unión Económica y Monetaria de África Occidental (UEMOA). Las principales fuentes de ingresos del gobierno son los impuestos directos e indirectos, que incluyen el impuesto sobre la renta de las sociedades, el impuesto sobre la renta personal, el impuesto al valor agregado (IVA) y varios derechos de aduana. El Ministerio de Economía y Finanzas supervisa la política tributaria y la recaudación, con la Dirección General de Impuestos (DGI) como la principal autoridad fiscal.
La tasa estándar del impuesto sobre la renta de las sociedades (CIT) se mantiene en el 30%, mientras que el impuesto sobre la renta personal es progresivo, con tasas que van del 3% al 40% según los tramos de ingresos. La tasa del IVA es del 18%, con ciertos bienes y servicios básicos que están exentos o tienen una tasa del cero para amortiguar el impacto en los hogares de bajos ingresos. En 2024, el gobierno implementó nuevas medidas para ampliar la base tributaria, incluyendo requisitos de informes digitales más estrictos y una aplicación más rigurosa de los números de identificación fiscal para empresas e individuos. Estos cambios buscan mejorar el cumplimiento y alinearse con los estándares fiscales regionales establecidos por la UEMOA (Ministerio de Economía y Finanzas).
El cumplimiento tributario sigue siendo un desafío significativo, con estimaciones que indican que la relación entre impuestos y PIB de Malí ronda el 15%, por debajo del umbral de 20% de la UEMOA. Para abordar esta brecha, las autoridades han priorizado la modernización de la administración tributaria, la inversión en infraestructura digital y el fortalecimiento de las campañas de educación para los contribuyentes. A partir de 2025, la presentación y el pago electrónico son cada vez más obligatorios para las empresas medianas y grandes, mientras que las pequeñas empresas se están integrando gradualmente en el sistema digital (Dirección General de Impuestos).
Desarrollos legales recientes incluyen la revisión de 2023 del Código Tributario General, que introdujo normas anti-elusión, aclaró las obligaciones de precios de transferencia y actualizó los regímenes de sanciones por presentación tardía o evasión fiscal. El gobierno también sigue negociando tratados fiscales para prevenir la doble imposición y fomentar la inversión extranjera directa. Los derechos aduanales y los impuestos especiales, especialmente sobre combustibles y tabacos, siguen siendo fuentes de ingresos importantes, con esfuerzos continuos para combatir el contrabando y el comercio informal en los puestos fronterizos.
Mirando hacia 2025 y más allá, se espera que la política tributaria de Malí se centre en la digitalización adicional, la simplificación de las exenciones y la mejora de los servicios a los contribuyentes para aumentar el cumplimiento voluntario. La estrategia del gobierno a mediano plazo apunta a un aumento gradual de la relación entre impuestos y PIB, equilibrando la movilización de ingresos con la necesidad de fomentar la recuperación económica y mantener la estabilidad social (Ministerio de Economía y Finanzas).
Reformas fiscales clave introducidas para 2025
Malí ha emprendido reformas fiscales significativas al entrar en 2025, reflejando su compromiso con la mejora de la movilización de ingresos internos y la alineación con los estándares internacionales. Los objetivos principales del gobierno son ampliar la base tributaria, mejorar el cumplimiento y fomentar una administración tributaria más transparente y eficiente.
Una reforma central para 2025 es la implementación de actualizaciones al Código Tributario General, que entró en vigor al inicio del año. Estos cambios se centran en racionalizar las tasas impositivas, simplificar los procedimientos e integrar soluciones digitales para las declaraciones y los pagos de impuestos. La Dirección General de Impuestos (DGI) ha ampliado su portal de servicios electrónicos, permitiendo la presentación y el pago en línea del Impuesto al Valor Agregado (IVA), el impuesto sobre la renta de las sociedades y el impuesto sobre la renta personal, con el objetivo de reducir las cargas de cumplimiento y frenar la evasión fiscal (Dirección General de Impuestos).
Para las empresas, las reformas de 2025 introdujeron ajustes al régimen del impuesto sobre la renta de las sociedades. La tasa estándar se mantiene en el 30%, pero se han introducido nuevos incentivos que apuntan a sectores prioritarios como la agricultura, la energía renovable y la manufactura. Las inversiones calificadas en estas áreas se benefician de créditos fiscales y programas de depreciación acelerada, como parte de la estrategia más amplia de Malí para diversificar su economía y atraer inversión extranjera directa (Ministerio de Economía y Finanzas).
La administración del IVA también ha sido reformada. El umbral para el registro del IVA se ha elevado para captar mejor a las empresas medianas y grandes, mientras que más microempresas quedan exentas de obligaciones de cumplimiento. Al mismo tiempo, se ha simplificado el proceso de reembolso del crédito del IVA, reduciendo los tiempos de reembolso y mejorando la liquidez para los exportadores.
En cuanto al impuesto sobre la renta personal, Malí ha ajustado los tramos impositivos para tener en cuenta la inflación y el aumento del costo de la vida. Las reformas introducen deducciones mejoradas para dependientes y gastos educativos, proporcionando alivio a los hogares de ingresos bajos y medios.
Las medidas de aplicación también se han fortalecido. La DGI ha recibido poderes de auditoría ampliados y recursos aumentados para la educación y apoyo a los contribuyentes. Las sanciones por incumplimiento se han aclarado y, en algunos casos, endurecido, lo que indica una postura más firme contra la evasión fiscal. Las reformas están estrechamente alineadas con los compromisos bajo el programa de Facilidades Extendidas de Crédito apoyado por el FMI, que enfatiza la movilización de recursos internos (Banco Central de los Estados de África Occidental).
De cara al futuro, la perspectiva para el sistema tributario de Malí es de modernización y digitalización continuas. El gobierno ha anunciado planes para aprovechar aún más la tecnología para auditorías basadas en riesgos y expandir las opciones de autoservicio para los contribuyentes, con el objetivo de aumentar la relación entre impuestos y PIB y garantizar finanzas públicas sostenibles en los próximos años.
Tasas de impuestos actuales: individuos y empresas
A partir de 2025, el régimen tributario de Malí para individuos y empresas está regido principalmente por el Código Tributario General (“Code Général des Impôts”), que se revisa periódicamente para alinearse con las estrategias fiscales y perspectivas económicas. El sistema tributario abarca varios impuestos directos e indirectos, con el cumplimiento supervisado por la Dirección General de Impuestos (DGI), bajo el Ministerio de Economía y Finanzas.
Impuesto sobre la Renta Personal
Los residentes en Malí están sujetos al impuesto sobre la renta personal (“Impôt sur le Revenu des Personnes Physiques” o IRPP) sobre sus ingresos mundiales, mientras que los no residentes solo son gravados por los ingresos obtenidos dentro de Malí. El IRPP se calcula utilizando una estructura de tasas progresivas:
- Hasta XOF 500,000: 0%
- XOF 500,001 a XOF 1,000,000: 10%
- XOF 1,000,001 a XOF 2,000,000: 15%
- XOF 2,000,001 a XOF 4,000,000: 20%
- Más de XOF 4,000,000: 30%
Contribuciones sociales adicionales y ciertos impuestos de retención pueden aplicarse a ciertos tipos de ingresos (como dividendos, intereses y ciertas tarifas profesionales) a tasas que varían entre el 10% y el 18%. El gobierno ha mantenido estas tasas a través de la Ley de Finanzas de 2024, con solo ajustes menores en umbrales y exenciones, centrándose en la simplificación administrativa y la digitalización de los procesos de declaración de impuestos (Dirección General de Impuestos).
Imposición de Empresas
Las empresas en Malí están sujetas al impuesto sobre la renta de las sociedades (“Impôt sur les Sociétés” o IS) a una tasa estándar del 30%. Las empresas mineras, bajo códigos de inversión específicos, pueden estar sujetas a tasas reducidas o negociadas. Las pequeñas y medianas empresas (PYMES) pueden optar por un régimen tributario simplificado (“régime du réel simplifié”), que permite una tributación a tasa fija bajo ciertos umbrales de facturación. Las sucursales de empresas extranjeras son gravadas a las mismas tasas que las entidades residentes.
- Impuesto mínimo forfaitario: XOF 300,000 por año para las empresas, independientemente de las ganancias.
- Impuesto de retención sobre servicios prestados por no residentes: 18% sobre pagos en el extranjero.
Impuesto al Valor Agregado (IVA)
El IVA se aplica a una tasa estándar del 18% sobre bienes y servicios, con algunos productos básicos y exportaciones que están exentos. El registro para el IVA es obligatorio para las empresas con ingresos anuales superiores a XOF 50 millones (Dirección General de Impuestos).
Perspectivas y Cumplimiento
Se espera que el gobierno continúe modernizando la administración tributaria a través de plataformas de presentación electrónica y pago digital, con el objetivo de aumentar el cumplimiento. El plan presupuestario de 2025 proyecta un aumento moderado en los ingresos fiscales impulsados por un mejor cumplimiento y recuperación económica, como lo ha delineado el Ministerio de Economía y Finanzas. Se espera que las tasas impositivas se mantengan estables, con posibles incentivos dirigidos a apoyar a las PYMES y a sectores clave.
Requisitos de cumplimiento importantes y plazos
El entorno de cumplimiento tributario de Malí está gobernado principalmente por el Código Tributario General (Code Général des Impôts) y supervisado por la Dirección General de Impuestos. El año fiscal en Malí se alinea con el año calendario, que va del 1 de enero al 31 de diciembre. Para 2025 y los años subsiguientes, tanto las empresas como los individuos deben cumplir con varias obligaciones fiscales estatutarias, que incluyen requisitos de registro, presentación, pago y documentación.
- Impuesto sobre la Renta de las Empresas (Impôt sur les Sociétés): Todas las empresas residentes y establecimientos permanentes de entidades extranjeras están obligados a presentar declaraciones anuales del impuesto sobre la renta de las empresas. La fecha límite de presentación es generalmente el 31 de marzo del año siguiente al año fiscal (Dirección General de Impuestos). Los pagos anticipados de impuestos a menudo se deben a lo largo del año, generalmente en cuotas trimestrales.
- Impuesto sobre la Renta Personal (Impôt sur le Revenu des Personnes Physiques): Los empleadores deben retener el impuesto sobre la renta personal sobre los salarios y remitirlo mensualmente. Las declaraciones anuales del impuesto sobre la renta personal (cuando se requieran) se deben presentar antes del 31 de marzo del año siguiente (Dirección General de Impuestos).
- Impuesto al Valor Agregado (TVA): Las entidades sujetas al IVA deben presentar declaraciones periódicas del IVA, comúnmente de forma mensual. Las declaraciones y pagos del IVA son debidos el día 15 del mes siguiente al período de informes (Dirección General de Impuestos).
- Otros Impuestos: Existen requisitos de cumplimiento adicionales para el impuesto sobre licencias comerciales (patente), impuestos sobre la propiedad y varios gravámenes específicos del sector. Los plazos para estas obligaciones varían, pero muchos son anuales con plazos en el primer trimestre (Dirección General de Impuestos).
- Documentación y Conservación de Registros: Los contribuyentes deben conservar la documentación de apoyo (facturas, registros de nómina, contratos, etc.) durante al menos diez años, según lo especificado por las autoridades fiscales, para facilitar auditorías o inspecciones.
Las reformas recientes han enfatizado los sistemas de presentación y pago electrónicos para mejorar el cumplimiento y la eficiencia. Para 2025 y más allá, el gobierno continúa fortaleciendo plataformas digitales para las declaraciones y los pagos de impuestos, con mandatos para que ciertas categorías de contribuyentes utilicen el portal en línea (Dirección General de Impuestos). Las sanciones por presentación tardía, pago insuficiente o incumplimiento siguen siendo significativas, lo que subraya la importancia de cumplir con todas las obligaciones fiscales de manera puntual y precisa. La autoridad tributaria publica actualizaciones continuas y orientación sobre cumplimiento, y se anima a los contribuyentes a consultar estos recursos con regularidad.
Procedimientos de declaración de impuestos e innovaciones digitales
En 2025, la administración tributaria de Malí continúa implementando reformas significativas para modernizar los procedimientos de declaración de impuestos y promover la innovación digital. La Dirección General de Impuestos (Dirección Générale des Impôts) ha priorizado la digitalización de los servicios tributarios para mejorar el cumplimiento, la transparencia y la eficiencia. Este cambio está en línea con el “Programa de Reforma de la Gestión de las Finanzas Públicas” (PREFIP) más amplio de Malí, que tiene como objetivo fortalecer la gobernanza fiscal y la recaudación tributaria.
Los principales procedimientos de declaración de impuestos en Malí exigen que tanto los individuos como las empresas se registren en la autoridad tributaria y obtengan un número de identificación fiscal (NIF). Los contribuyentes deben presentar declaraciones anuales de impuesto sobre la renta antes del 31 de marzo de cada año para el período fiscal anterior. Las declaraciones de impuestos corporativos, incluyendo el «Impôt sur les Sociétés» (IS), también deben presentarse antes de esta fecha. Las entidades registradas para el IVA están obligadas a presentar declaraciones mensuales, con pagos vencidos el día 15 del mes siguiente. El incumplimiento puede dar lugar a sanciones e intereses, que han sido estrictamente aplicados desde la adopción del Código Tributario General revisado en 2022 (Dirección General de Impuestos – Código Tributario General).
Un gran avance en los últimos años es el lanzamiento de la plataforma “e-Impôt”, que facilita el registro, la presentación y el pago de impuestos electrónicos. Para 2025, la tasa de adopción de la presentación digital ha superado el 60% entre las empresas medianas y grandes, mientras que se están realizando esfuerzos para expandir el acceso a pequeñas empresas e individuos. El portal e-Impôt permite a los contribuyentes presentar declaraciones, descargar recibos de pago y comunicarse con los funcionarios fiscales de forma remota, reduciendo las cargas administrativas y las oportunidades de corrupción. La plataforma cuenta con iniciativas de fortalecimiento de capacidades para funcionarios fiscales y contribuyentes, como se documenta en los recientes informes anuales (Dirección General de Impuestos – Informe Anual 2023).
De cara al futuro, el gobierno maliense planea integrar aún más soluciones digitales, incluidas la supervisión en tiempo real de cuentas tributarias y opciones de pago móvil, para mejorar la prestación de servicios y aumentar el cumplimiento voluntario. Se están revisando iniciativas legislativas para exigir la presentación electrónica para más categorías de contribuyentes y para agilizar los procesos de auditoría mediante análisis de datos. Se espera que estas innovaciones apoyen el objetivo de Malí de aumentar la relación entre impuestos y PIB del 14.5% actual a al menos el 17% para 2027, alineándose con los indicadores de la Unión Económica y Monetaria de África Occidental (UEMOA) (Ministerio de Economía y Finanzas).
Desafíos principales: Evasión, cumplimiento y transparencia
Malí enfrenta desafíos persistentes en la evasión fiscal, la aplicación y la transparencia, que continúan afectando la movilización de ingresos internos a partir de 2025. El sector informal, que representa más del 60% de la actividad económica, sigue siendo en gran medida ajeno a la red tributaria, lo que resulta en pérdidas significativas de ingresos y complicando la capacidad del estado para financiar servicios públicos. El Ministerio de Economía y Finanzas ha identificado la evasión y elusión fiscal, especialmente entre las empresas medianas y grandes, como un importante obstáculo para la capacidad fiscal.
Las reformas legislativas en los últimos años han tenido como objetivo fortalecer el cumplimiento tributario. La revisión de 2023 del Código Tributario General aumentó las sanciones por incumplimiento e introdujo nuevas obligaciones de reporte para los contribuyentes corporativos. A pesar de estas medidas, la aplicación se ve obstaculizada por la limitada capacidad administrativa, la infraestructura de TI obsoleta y los riesgos de corrupción en algunas oficinas fiscales. La Dirección General de Impuestos (DGI) ha estado implementando una agenda de digitalización, incluida la continuidad de la presentación de declaraciones fiscales en línea y los pagos electrónicos, con planes para expandir la cobertura a más contribuyentes en 2025.
La transparencia sigue siendo motivo de preocupación. Malí es miembro de la Iniciativa para la Transparencia de las Industrias Extractivas (EITI), y los recientes informes de EITI han destacado mejoras en la divulgación de ingresos, particularmente en el sector minero. Sin embargo, las exenciones fiscales opacas, los incentivos discrecionales y las brechas en la información sobre la propiedad efectiva continúan oscureciendo la verdadera base impositiva y socavando la confianza pública. El comité directivo de EITI Malí ha solicitado la publicación completa de contratos mineros y la elaboración de informes exhaustivos sobre todos los ingresos fiscales para 2026.
Las estadísticas clave ilustran la magnitud del desafío: según el Ministerio de Economía y Finanzas, la relación entre impuestos y PIB en Malí se mantiene por debajo del 15%, muy por debajo del mínimo del 20% recomendado por la Unión Africana para un desarrollo sostenible. La DGI reportó una tasa de cumplimiento fiscal de aproximadamente el 57% en 2024, con disparidades significativas entre sectores y regiones.
Mirando hacia el futuro, la estrategia fiscal de Malí para 2025-2027 prioriza la modernización de la administración tributaria, la expansión de la educación para los contribuyentes y la cooperación internacional en el intercambio de información. El gobierno busca aumentar la relación entre impuestos y PIB en al menos dos puntos porcentuales para 2027. Sin embargo, el éxito dependerá de la inversión sostenida en capacidad de aplicación, la reducción de la discrecionalidad en la administración tributaria y la construcción de una mayor transparencia en las operaciones fiscales.
Imposición específica por sector: minería, agricultura y comercio
La imposición específica por sector de Malí, especialmente en minería, agricultura y comercio, es un componente crucial del panorama fiscal del país. La industria minera, predominantemente impulsada por el oro, está sujeta a un régimen fiscal adaptado que busca equilibrar la generación de ingresos del estado con la competitividad sectorial. El código minero de 2019, que sigue en vigor hasta 2025, introdujo actualizaciones significativas. Las empresas mineras están sujetas a una tasa de impuesto sobre la renta corporativa (IS) del 30%, regalías sobre la producción de oro (3%-6% dependiendo de la producción) y una variedad de tasas de permiso e impuestos locales. Además, el gobierno reserva un 10% de interés en todas las nuevas actividades mineras, con la opción de adquirir hasta un 20% de participación en proyectos significativos. Estas disposiciones legales son aplicadas por la Dirección General de Impuestos y la Dirección General de Aduanas.
El cumplimiento en el sector minero ha estado bajo escrutinio, con reformas en curso destinadas a mejorar la transparencia y la recaudación de ingresos. Malí sigue siendo miembro de la Iniciativa para la Transparencia de las Industrias Extractivas (EITI), y el gobierno se ha comprometido a publicar contratos e informes regulares de ingresos, lo que se espera que mejore el cumplimiento y la confianza de los inversores en los próximos años (EITI).
La agricultura, que sostiene a la mayoría de la población de Malí, se beneficia de una variedad de incentivos fiscales y exenciones. Los insumos y equipos agrícolas suelen estar gravados a tasa cero o exentos del impuesto sobre el valor agregado (IVA), y ciertas inversiones en agroindustria disfrutan de derechos aduaneros reducidos y períodos de exención fiscal bajo el Código de Inversiones. La Dirección General de Impuestos proporciona listas detalladas de bienes elegibles y requisitos de cumplimiento. Si bien la actividad informal sigue siendo generalizada, el gobierno continúa impulsando la formalización y la mejora de la recaudación fiscal a través de la digitalización y la sensibilización.
La imposición comercial en Malí está moldeada por su membresía en la Unión Económica y Monetaria de África Occidental (UEMOA) y la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO). El país aplica el Arancel Externo Común (CET) de la UEMOA, que estandariza los derechos de aduana en los Estados miembros. El IVA se aplica a una tasa estándar del 18% sobre la mayoría de los bienes y servicios, con tasas reducidas o exenciones para bienes esenciales. La administración aduanera se está modernizando para agilizar los procesos fronterizos y mejorar el cumplimiento, como lo evidencian las actualizaciones de sistemas y los procedimientos en curso por parte de la Dirección General de Aduanas.
De cara a 2025 y más allá, se espera que el marco fiscal específico por sector de Malí evolucione en respuesta a las presiones fiscales, la integración regional y las demandas de transparencia. La minería puede ver más ajustes en las tasas de regalías o en las reglas de participación de acciones, mientras que la agricultura y el comercio podrían beneficiarse de incentivos ampliados y herramientas de cumplimiento digital. Las reformas en curso apuntan a ampliar la base tributaria, mejorar la transparencia y fomentar un crecimiento sectorial sostenible.
Tratados fiscales internacionales y implicaciones transfronterizas
El enfoque de Malí sobre los tratados tributarios internacionales y la tributación transfronteriza está moldeado por su compromiso de movilizar ingresos y cumplir con los estándares globales en evolución, en medio de un creciente actividad económica transfronteriza. A partir de 2025, Malí es miembro de la Unión Económica y Monetaria de África Occidental (UEMOA), que armoniza ciertas políticas fiscales entre los Estados miembros, y de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), que influye en la cooperación fiscal regional y la alineación de aranceles.
Malí ha firmado un número limitado de acuerdos bilaterales de doble imposición (DTAs), notablemente con Francia, Senegal y los países de la Unión Económica y Monetaria de África Occidental (UEMOA). Estos tratados están diseñados para evitar la doble imposición de los ingresos y proporcionar mecanismos para la resolución de disputas, el intercambio de información y la asistencia mutua en la recaudación de impuestos. También especifican típicamente tasas de impuestos de retención reducidas sobre dividendos, intereses y regalías pagadas a residentes de los países firmantes. Los tratados fiscales de Malí se pueden acceder y revisar a través de la Dirección General de Impuestos.
Las implicaciones transfronterizas para las empresas que operan en Malí están gobernadas principalmente por el Código Tributario General, que incorpora normas internacionales de precios de transferencia y exige precios de plena competencia para las transacciones entre partes relacionadas. La administración fiscal ha aumentado su enfoque en el cumplimiento de los precios de transferencia, requiriendo documentación y justificaciones para las transacciones entre empresas, especialmente para las filiales de grupos multinacionales. La Dirección General de Impuestos ha emitido directrices sobre los requisitos de documentación y las sanciones por incumplimiento, alineándose con esfuerzos más amplios para cumplir con los estándares BEPS de la OCDE (Erosión de la Base Imponible y Transferencia de Beneficios), a pesar de que Malí no es un miembro de la OCDE.
En términos de IVA transfronterizo, Malí aplica el IVA sobre los servicios consumidos dentro de su territorio, incluidos los proporcionados por no residentes. Las empresas no residentes que proporcionan servicios digitales o de consultoría a clientes malienses pueden verse obligadas a registrarse para el IVA, dependiendo de la naturaleza y frecuencia de las transacciones. Los derechos de aduana y los impuestos especiales continúan alineándose con el Arancel Externo Común de la UEMOA, que facilita el comercio intrarregional pero impone tasas estándar sobre los bienes importados desde fuera de la región (Dirección General de Aduanas).
Mirando hacia 2025 y más allá, se espera que Malí fortalezca aún más su cooperación fiscal internacional, particularmente en las áreas de intercambio de información y medidas contra la elusión fiscal. El gobierno ha señalado su intención de negociar DTAs adicionales y mejorar la capacidad de aplicación transfronteriza, reflejando las presiones continuas para aumentar la movilización de recursos internos y cumplir con los estándares internacionales. Se aconseja a los contribuyentes que participan en operaciones transfronterizas que monitoreen las actualizaciones legislativas y mantengan una documentación robusta para asegurar el cumplimiento en este entorno en evolución (Ministerio de Economía y Finanzas).
Instantánea estadística: tendencias de ingresos e impacto económico
El sistema tributario de Malí desempeña un papel fundamental en el financiamiento de servicios públicos y en el apoyo al desarrollo económico. A partir de 2025, los ingresos fiscales continúan siendo una parte crucial del ingreso del gobierno, a pesar de los desafíos persistentes en la eficiencia de recaudación y el cumplimiento. El Ministerio de Economía y Finanzas de Malí reportó que los ingresos fiscales representaron aproximadamente el 14.2% del PIB en 2024, con proyecciones de crecimiento gradual en los próximos años, contingentemente a la estabilidad y mejoras en la administración tributaria.
Las principales fuentes de ingresos fiscales del país incluyen el Impuesto al Valor Agregado (IVA), el impuesto sobre la renta de las sociedades, el impuesto sobre la renta personal y los derechos de aduana. El IVA sigue siendo el contribuyente más significativo, representando más del 40% de la recaudación fiscal total. Cabe destacar que el gobierno ha implementado medidas para ampliar la base tributaria y reducir la informalidad, como la digitalización de los sistemas de presentación y pago de impuestos a través de la Dirección General de Impuestos. Estos pasos están diseñados para mejorar el cumplimiento y abordar el históricamente grande sector informal de Malí, que se estima representa más del 50% de la actividad económica.
A pesar de estos esfuerzos, la relación entre impuestos y PIB de Malí se mantiene por debajo del objetivo de la Unión Económica y Monetaria de África Occidental (UEMOA) del 20%. Esta brecha es impulsada por factores como recursos administrativos limitados, amplia informalidad y desafíos para hacer cumplir el cumplimiento, especialmente en regiones remotas. La Asamblea Nacional de Malí ha considerado recientemente enmiendas legislativas destinadas a modernizar las leyes tributarias y aumentar las sanciones por evasión. En 2023 y 2024, Malí intensificó las actividades de auditoría y fortaleció la cooperación con la autoridad aduanera para frenar el contrabando y la subfacturación en las fronteras.
Mirando hacia 2025 y más allá, la política fiscal del gobierno tiene como objetivo impulsar la movilización de recursos internos para apoyar la infraestructura, la educación y la atención médica. El marco presupuestario nacional para 2025-2027, presentado por el Ministerio de Economía y Finanzas de Malí, prevé aumentos incrementales en los ingresos fiscales, con el objetivo de alcanzar una relación entre impuestos y PIB del 15% para 2027. Lograr esto dependerá de reformas continuas, inversión en tecnología de administración tributaria y esfuerzos para formalizar la economía. La trayectoria de los ingresos fiscales también estará influenciada por la estabilidad macroeconómica de Malí, factores externos y desafíos de seguridad en curso.
Perspectivas futuras: cambios previstos en la política tributaria hasta 2030
Mirando hacia 2030, el panorama tributario de Malí está preparado para una transformación gradual, moldeada por las necesidades fiscales internas y las presiones externas para la modernización. Se espera que el gobierno, en colaboración con socios internacionales, continúe con reformas destinadas a mejorar la movilización de ingresos fiscales, aumentar la transparencia y ampliar la base tributaria. Estas iniciativas están alineadas con los compromisos de Malí bajo el programa del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el marco de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) sobre la Erosión de la Base Imponible y la Transferencia de Beneficios (BEPS), que enfatizan la importancia de mejorar la recaudación fiscal y combatir la elusión fiscal.
Los cambios de política clave anticipados para 2030 incluyen:
- Digitalización Fiscal: Siguiendo el Plan Estratégico 2022-2025 de la Dirección General de Impuestos (DGI), se espera que Malí acelere la digitalización de la administración fiscal. Esto incluye la expansión de sistemas de presentación y pago de impuestos en línea, el fortalecimiento de la identificación electrónica de los contribuyentes y la implementación de análisis avanzados de datos para detectar incumplimientos. Estos pasos buscan reducir el amplio sector informal y mejorar el cumplimiento voluntario.
- Ampliación de la Base Impositiva: Con la relación entre impuestos y PIB rondando el 14.5% en 2023, muy por debajo del indicador de 20% de la UEMOA, Malí enfrenta presión para ampliar su base tributaria. Las medidas probables pueden incluir la reducción gradual de exenciones fiscales, la formalización de más empresas informales y la revisión de incentivos específicos por sector, particularmente en minería y telecomunicaciones (Ministerio de Economía y Finanzas).
- Ajustes en Impuestos Indirectos: Se espera que el gobierno alinee las tasas del impuesto al valor agregado (IVA) y los impuestos especiales con los estándares regionales. Las discusiones están en curso dentro de la Unión Económica y Monetaria de África Occidental (UEMOA/UEMOA) para armonizar la tributación indirecta, lo que podría llevar a cambios en las tasas del IVA y una mayor cobertura de bienes gravables.
- Enfoque en las Industrias Extractivas: La dependencia de Malí de las exportaciones de oro significa que el sector minero sigue siendo un objetivo para la movilización de ingresos mejorada. Es probable que se revisen el código minero y las regalías, alineándose con las mejores prácticas internacionales y respondiendo a las variaciones en los precios de los productos básicos.
- Cooperación Internacional: Se espera que Malí intensifique el intercambio de información y la aplicación contra la evasión fiscal transfronteriza, siguiendo las directrices de la OCDE y la UEMOA.
La implementación de estas reformas enfrenta desafíos, incluidos la inestabilidad política, las limitaciones de recursos y la persistente informalidad. Sin embargo, la dirección es clara: el sistema tributario de Malí está destinado a volverse más digital, transparente y alineado con los estándares regionales y globales hasta 2030, apoyando la sostenibilidad fiscal y el desarrollo económico.